En AMLEGA no acabábamos de salir del estupor ante los insultos recibidos de esas señoras y señores, defensores del “pin parental” (censura parental), cuando vuelven a asombrarnos al decir que ellos no han insultado y que sus palabras han sido descontextualizadas.
Señoras y señores, a ustedes les hemos oído decir cosas (que están grabadas) como: “a los transexuales no le gustan los niños, porque no pueden ser padres”, “que la ideología de trasfondo de los talleres sobre diversidad afectivo-sexual es la ideología del aborto (que fomentan el aborto), que la ideología del cambio de género fomenta dicho tipo de cambio”, “que en los talleres se habla de posiciones sexuales”, que fomentan la pederastia”.
Ustedes hacen lo mismo que en ese guiso de origen medieval, llamado “olla podrida”, en el que se echan en la cazuela todo tipo de ingredientes (vegetales, legumbres y diferentes tipos de carne) y se les deja cocer lentamente. Lo mismo hacen ustedes en sus manifiestos. Con mala fe y peor intención lanzan a la mente del ciudadano-a melillense un batiburrillo de ideas (aborto, cambio de género, ideología de género, posturas sexuales, pederastia) e insultos, como que en los talleres se fomenta la pederastia. Con el único objetivo de confundir y manipular al ciudadano-a en pro de su visión caduca de la sexualidad, que no ha evolucionado en consonancia al desarrollo científico, sociológico y moral de las democracias del siglo XXI.
Sus manifiestos no son la expresión de un pensamiento racional. No cumplen esas mínimas reglas de la coherencia lógica. No son un sistema de ideas interconectadas, donde unas sustentan a las otras. Al igual que en la “olla podrida”, en donde los ingredientes se mezclan sin mas nexo de unión que la cazuela que los contiene, sus manifiestos son una mezcla confusa de ideas y de insultos, que caen de lleno en la demagogia.